BUITRES IBERICOS: FOTOGRAFIAS
ISBN: 9788497049023
Antonio Vázquez (Sama de Langreo, 1959) comienza su andadura profesional con la publicación de su primer reportaje en el año 1993 en la revista Natura. A partir de ahí sus fotos aparecen asiduamente en publicaciones nacionales: National Geographic, Geo, Altair, Viajes de National Geographic, o en otras europeas como Wildlife BBC, lo que le sirve de experiencia y trampolín para poder trabajar durante casi una década fotografiando por los cinco continentes el Patrimonio Mundial para la Unesco, hasta que en 2005 concluye dicha colaboración.
En el año 2004 fue galardonado, junto con Tomás Emilio Díaz, con el premio Alfredo Quirós Fernández, en su octava convocatoria, por su obra Guía de los bosques de Asturias.
En 2005 fue elegido por la firma Nikon para impartir el primer simposio de fotografía digital en España y desde esa fecha colabora de forma permanente como fotógrafo y profesor en la Nikon School de Madrid y Barcelona.
En 2006 fue galardonado con el premio Serrano del Año por la Asociación Proyecto Sierra de Baza por su labor de difusión de la fotografía de la naturaleza en las más prestigiosas publicaciones de ámbito nacional e internacional.
En mayo de 2012 fue invitado a dar conferencias de fotografía de naturaleza en las ciudades de Cambridge (Anglia Ruskin University) y Londres (University of West London).
Es autor de mas de una treintena de libros y en la actualidad trabaja en el Parque Nacional de los Picos del Europa fotografiando su flora.
Justo del Castillo (Gijón, 1951) descubrió la fotografía siendo un niño de la mano de su padre, gran aficionado a este arte y de él obtuvo como regalo de cumpleaños su primera cámara réflex, una Rolleiflex de objetivos gemelos, una verdadera joya de fabricación alemana y con la que descubrió un mundo apasionante que le llevó años más tarde a ser el primer fotógrafo que expuso su obra en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, donde por entonces solo se exhibían obras pictóricas.
Su profesión de marino mercante le brindó la posibilidad de viajar por todo el mundo y de conocer otras culturas. Recuerda, con cariño, de aquellos años de juventud que la venta de algunas fotografías que se publicaban en las revistas de viajes le ayudaron a pagar sus estudios.
A lo largo del tiempo fue cambiando de temática, se adentró en el retrato, en el paisaje y en el mundo de la tauromaquia, de la que, junto con la caza, también es gran aficionado. Siempre fue autodidacta hasta que se topó con su amigo Antonio Vázquez, que le dio su primer curso de fotografía digital y con el que comparte, desde entonces, mucho tiempo y horas de hide tratando de plasmar las especies más escasas y esquivas de nuestra fauna ibérica.